La Biblia desde el siglo XXI

Diluvios 13: Síntesis y conclusión

16.06.2025 00:00
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¡Por fin llega el final de esta serie! Cuando la empecé, ni por asomo pensaba que sería tan larga. Y de tan larga, he tenido que revisar los diferentes posts para hacerme una idea de conjunto: retomar conciencia del origen, la necesidad y la utilidad de los mismos. Lo que es tanto como tomar conciencia de la necesidad y la utilidad de entroncar el relato del diluvio de Noé con la realidad histórica, o más bien, prehistórica.

Hoy pretendo hacer una síntesis, retrocediendo incluso hasta “antes del primer post”.

 

La incógnita antes de octubre de 2024

Comienzo con la idea que tenía sobre el relato del diluvio antes de la Dana que padecieron en el levante español. En ninguno de los posts hice referencia a ella. Pero en esta síntesis me interesa mencionarla para destacar el contraste entre mi perspectiva antes de la redacción de estos posts y la que presento en ellos.

Nunca he puesto en duda la historicidad del relato del diluvio, básicamente porque estoy convencido que la famosa "anomalía" del monte Ararat tuvo su origen en el encallaje del arca de Noé.

Pero una cosa es el convencimiento basado en evidencias o sólidos indicios, y otra los argumentos que puedan dar explicación racional a ese convencimiento.

Respecto al diluvio narrado en Génesis, ya estaba convencido de su realidad histórica, tanto por la fiabilidad de soporte donde quedó registrado (el libro del Génesis, tan fiable como el resto de le Biblia) como por la evidencia de su huella en el monte Ararat. Pero me faltaba un relato coherente que encajase dicha narración con los conocimientos científicos y [pre]históricos actuales.

En el fondo, dicho relato no es imprescindible para un “bibliáfilo” cristiano, pero yo intento añadir a mi convencimiento basado en la fiabilidad de la Biblia las razones que lo vinculan con los conocimientos históricos, prehistóricos y científicos. Tanto para mi satisfacción intelectual, como para estar preparado para seguir el consejo de Pedro: “… estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; …” (1 Pedro 3:15). Y es que los lectores habituales de biblicamente.org ya sabéis que veo a Dios interviniendo en nuestras vidas, y en el mundo en general, como un director y no tanto como un mago: consigue sus propósitos concatenando acontecimientos conforme a las leyes naturales que él mismo pergeñó.

Así, pues, la incógnita antes de octubre de 2024 era el fenómeno natural que fundamenta el relato de sobre Noé y el diluvio que padeció, así como el de otros tantos diluvios narrados en tradiciones prehistóricas de muchos pueblos antiguos.

 

Post nº 1: El desencadenante de la reflexión

La Dana de Valencia del 29 de octubre de 2024 me impresionó muchísimo. No directamente, pues estaba lejos de la zona catastrófica, sino a través de las fotos y videos publicados. 

Cierto que me hizo pensar en el diluvio de Noé, pero inicialmente no se me ocurrió profundizar en posibles paralelismos entre los tiempos de Noé y los actuales. Fue la lectura del artículo de Fernando Valladares en “The convesation” (publicado no tras la Dana, sino el día anterior, el 28 de octubre) la que me animó a profundizar en ellos.

Fernando explica en su artículo los fenómenos atmosféricos conocidos como “megatormetas” y “ríos atmosféricos”, y hace alusiones al mítico relato del Diluvio Universal: "... diversas investigaciones han revelado varias inundaciones catastróficas que amenazaron diversas culturas y civilizaciones antiguas, y no fueron mitológicas". "Se estima que las ARkStorms o mega-tormentas más probables en las actuales condiciones de cambio climático pueden durar tres semanas, la mitad de tiempo que el mito sumerio bíblico del diluvio universal, pero acercándose a él". “Una lluvia catastrófica de las características del mítico diluvio universal ocurrió en California entre diciembre y enero de 1861-62. Es lo que ahora se conoce como megatormentas y también como ArkStorms o tormentas Arca en alusión al arca de Noé". “Estas megatormentas se producen en California en el último milenio aproximadamente una vez cada cien años". “Los relatos de quien vivió este huracán (Helene) en Carolina del Norte son equiparables a lo que hemos ido descifrando del mítico diluvio universal”.

 

Post nº 2: La reconsideración de las ideas tradicionales

En el segundo post me centré en aclarar que la idea de “Diluvio Universal”, tal como la entendemos hoy día (aguas cubriendo toda la redondez del planeta Tierra) no se corresponde con la idea que pudiesen tener los lectores u oidores del relato de Noé, cuando fue escrito y también por los que les sucedieron hasta hace unos 5 siglos, cuando ya se generalizó la idea de planeta esférico.

 

Post nº 3: Comparando climatologías: La actual con la de la época de Noé

En el tercer post revisamos las características climatológicas actuales y las causas subyacentes, pero cortamos el post porque precisábamos datos respecto a cuál fue la época de Noé, puesto que no está claro. Y si no sabemos cuando vivió Noé, difícilmente se podrá comparar su climatología con la actual.

 

Post nº 4: Buscando una hipótesis sobre la época de Noé

El cuarto post lo dedicamos a buscar un supuesto razonable sobre cuándo fue la época de Noé. Explicamos un poco la dinámica del procedimiento hipotético-deductivo como método para comprobar si un determinado supuesto o hipótesis es razonablemente válida. Y retuvimos la idea de que el diluvio de la época de Noé sucedió tras la finalización de la última glaciación. Sólo quedaba aplicar “la parte deductiva” del mencionado procedimiento para evaluar si acertamos en nuestra elección.

 

Post nº 5: Buscando paralelismos entre tiempos de Noé y tiempos actuales

En el tercer post pretendíamos comparar las climatologías del presente y de la época de Noé, pero tuvimos que “abortarlo” sin llegar a considerar la climatología de los tiempos de Noé, puesto que no teníamos claro cuándo fue esa época. Tras retener en el cuarto post la idea de que Noé vivió después del final de la última glaciación, ya teníamos elementos para comparar la supuesta época de Noé con la nuestra. Aunque a falta de analizar si realmente las características del final de la última glaciación encajaban con lo que Génesis nos muestra sobre la época de Noé. Vimos que no sólo había paralelismos en la manifestación de fenómenos climáticos, sino también en la causa subyacente: el incremento de CO2 atmosférico.

 

Post nº 6: Delimitando la época de Noé… por arriba

Buscando delimitar los tiempos de Noé, empezamos acotando por arriba. Es decir: “la fecha” en la que podamos estar bastante seguros de que Noé vivió anteriormente a ella (Bueno, más bien el milenio, puesto que, para tiempos tan remotos, hasta el siglo me resulta una resolución exageradamente optimista). Nos servimos del cobre, descartando en base al texto en Génesis su utilización por parte de Noé. Así, pues, retuvimos la idea de que Noé vivió antes de que la humanidad empezase a utilizar el cobre en herramientas y herrajes.

 

Post nº 7: Las 6 características de la época de Noé que menciona Génesis

A fin de poder delimitar la época de Noé por abajo (es decir: localizar fechas a partir de las cuales podemos asegurar que vivió Noé), y también para tener criterios que nos permitiesen confirmar que nuestra hipótesis es correcta, recurrimos al relató bíblico en Génesis desde el capítulo 5 hasta el 9. Y retuvimos estas características: el conocimiento de la ganadería, la agricultura, el cultivo y consumo de vino; de la construcción de navíos de cierta envergadura y el uso de brea para impermeabilizarlos, así como la existencia de asentamientos poblacionales permanentes. Los descubrimientos arqueológicos divulgados nos indicarían los inicios de la aplicación de estos avances, los cuales nos delimitarían por abajo la época de Noé. Y, a su vez, nos permitirían comprobar que nuestra hipótesis sobre los tiempos de Noé es acertada.

 

Posts del 8 al 12: Lo aportado por la arqueología sobre las 6 características de la época de Noé

En los posts desde el octavo al doceavo revisamos los aportes de la arqueología para establecer las fechas en las que la humanidad comenzó a utilizar los avances que mencionamos en el séptimo post. Y en todos los casos concluimos que dichos datos son coherentes con nuestra hipótesis. Es decir, que Noé vivió tras el final de joven Dryas, padeciendo probablemente en el octavo milenio antes de Cristo el cambio climático que provocó grandes inundaciones en todo el planeta, el diluvio que sobrellevó Noé entre ellos. Y, concretamente, en el post doceavo, descubrimos la existencia de una ciudad sumergida que podría ilustra el origen de “tanta agua líquida”, cuestión que dejamos abierta en el segundo post.

 

Conclusión

 ¿De qué han servido estos posts?

En primer lugar, para confirmar la historicidad del relato bíblico. Que el vulgarmente conocido “Diluvio Universal” NO es un mito ficticio basado en otros mitos también ficticios. Al contrario, se trata de un relato basado en sucesos acaecidos hace unos diez mil años, transmitido oralmente por generaciones y fijado por escrito hace unos tres milenios (no entro a valorar el papel del Espíritu Santo en la redacción de Génesis).

Y, también, hemos visto la necesidad de no leer la Biblia con mentalidad del siglo XXI. Sus textos no fueron escritos pensando concretamente en nosotros, ni conforme a nuestros conceptos e informaciones actuales. Fueron escritos para las gentes de hace cientos de años, aunque con vocación de que llegaran a también oidores de siglos posteriores. Pero si tenían que ser asimilados por todos, no podían ser redactados “pensando en el más listo” (en este caso los oyentes de nuestra época, que disponemos de mucha más información y conceptos más elaborados que nuestros antepasados). Debían ser asimilados por los “más torpes” (los oyentes de hace dos mil o tres mil años, cuando para ellos la tierra no era un globo orbitando alrededor de una estrella, sino las extensiones que podían abarcar con cabalgaduras y embarcaciones de navegación costera). Es preciso realizar el ejercicio que llamo “transmentalizar”: intentar obviar los conocimientos y conceptos actuales y tratar de leer considerando sólo las informaciones disponibles y los conceptos habituales de aquellas épocas.

Por último: No hay que olvidar que al margen de que sea posible o no relacionar el diluvio de Noé con fenómenos naturales del pasado, existe otra importante razón que apuntala la historicidad del relato sobre el diluvio y Noé. Me refiero a la “huella en el monte Ararat”. Sobre este testimonio arqueológico han vuelto a salir noticias últimamente.

 

(El 14/06/2025 todos los enlaces incluidos en este post estaban activos.)

 

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