La Biblia desde el siglo XXI

Sobre diluvios universales (10)

28.04.2025 00:00
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¿Cuándo se empezó a usar la brea? ¿Desde cuando los hombres se juntan en poblaciones colectivas? Esos son los datos que nos faltan comprobar para ver si están en coherencia con nuestro supuesto de que Noé construyó el arca tras el fin de la última glaciación. Final cuyas consecuencias fueron la base de la narración bíblica y, también, de los muchos relatos antiguos sobre grandes inundaciones.

De la lista que se puede extraer de Génesis capítulos 6 al 9 ya hemos comprobado que el inicio de la ganadería, la agricultura, el consumo de vino y la construcción de grandes naves están en coherencia con la hipótesis de que Noé vivió tras el fin del joven Dryas (el coletazo de la última glaciación, la glaciación de Würm). Hoy nos centraremos en la brea, indispensable para que el arca pudiese flotar.

La necesidad de impermeabilizante para el arca

Está claro que para construir una embarcación de la envergadura del arca fueron precisos muchos ensamblados de madera, los cuales precisarían ser impermeabilizados para evitar la entrada del agua. Pero además de la lógica, el texto bíblico especifica claramente que Noé tuvo que usar brea como impermeabilizante. En el versículo 6:14 de Génesis Noé recibe la instrucción concreta: “… y la calafatearás con brea por dentro y por fuera”.

Así, pues, si la brea no se conocía en el milenio octavo, o quizás noveno, antes de Cristo tendríamos que pensar que la historia de Noé nada tuvo que ver con los cambios climáticos tras el final de la ultima glaciación.

 

La confusión de nombres entre dos productos

Hasta la realización de esta serie de post nunca me había preocupado por distinguir entre brea, alquitrán, asfalto, chapote, betún, bitumen. Todos negros, viscosos, y mal olientes, pensaba que se referían a subproductos del petróleo, y que los diversos términos no eran más que sinónimos. Pero en la preparación de estos posts he tenido que profundizar y me he dado cuenta que no todo es lo mismo, ni se obtienen de la misma forma, aunque sí podríamos decir que todos son parientes cercanos. Pero el saber que existen diversos productos no clarifica mucho la distinción entre los diferentes términos. Como ejemplo, véase el artículo en Wikipedia para el asfalto, donde se mezclan los términos asfalto, betún y brea. Expone que se encuentran en depósitos naturales, tanto la brea como el asfalto. También en los enlaces que más adelante incluiré se usan de forma indistinta varios de esos términos.

Dada la ambigüedad en la utilización de los términos, me quedaba la duda de si lo que debía utilizar Noé para calafatear era un producto artificial obtenido por decocción de corteza de algunos árboles, ...


(Recreación labores de fabricación de brea en un antiguo horno de Estepona)

... u otro con parecidas características que se puede recoger sin elaboración artificial de algunos depósitos naturales al aire libre. 

Esta ambigüedad es la que me ha llevado a intentar aclararme mediante los términos hebreos usados en Génesis y Éxodo:

 

El origen del impermeabilizante usado por Noé

En la mayoría de versiones castellanas de la Biblia traducen el término hebreo כֹּפֶר  (kôpher) por brea, salvo la versión Nueva Biblia Viva (NBV), que traduce por alquitrán. Dado que hay otro versículo en el que se utiliza tanto brea (זֶפֶת [zéfet]) como asfalto (חֵמָר, kjemár), me inclino a pensar que los antiguos hebreos distinguían entre el asfalto natural y la brea artificial.

El uso de ambos términos se encuentra en Éxodo 2:3, donde se narra cómo se las apañó la madre de Moisés para impermeabilizar la cesta de juncos en la que colocó a su hijo: “Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río”.

Si los antiguos hebreos distinguían entre brea y asfalto está claro que para ellos eran productos diferentes, con diferentes orígenes.

¿Cuál usó Noé? ¿El cogido de pozas naturales, o el elaborado a partir de cortezas de árbol?

En el mismo Génesis podemos ver cual era el origen del kjemar (asfalto). En Génesis 14:10 se relata cómo en la huida de los reyes de Sodoma y Gomorra cayeron en pozas de asfalto: “Y el valle de Sidim estaba lleno de pozos de asfalto; y cuando huyeron el rey de Sodoma y el de Gomorra, algunos cayeron allí; y los demás huyeron al monte”.

Está claro que al producto natural llamaban kjemar.  Así, pues, el otro producto, la brea tenía que ser el de origen artificial, obtenido por decocción de cortezas de árboles

 

Antigüedad del uso de la brea artificial

Centrándonos en que Noé utilizó brea, ¿qué se sabe hoy día de la antigüedad del uso de la brea obtenida por decocción de cortezas de árbol?

Pues se sabe bastante, y referido a muchos milenios atrás.

En el blog prehistorialdia.blogspot.com hay un artículo sobre “Nuevas evidencias de la utilización de adhesivos naturales para enmangar herramientas entre los Neandertales”. Allí se hace referencia a estudios que remontan la utilización de la brea como adhesivo hasta 120 milenios atrás, en Alemania:“La brea de abedul es el material sintético más antiguo producido y se utilizaba como adhesivo para fijar herramientas líticas a astas de madera. Aunque esta tecnología de enmangue se asocia comúnmente con los humanos modernos en el Paleolítico superior, los residuos de resina de abedul encontrados en las herramientas micoquianas de Inden-Altdorf sugieren que las tecnologías de enmangue y el uso frecuente de herramientas de múltiples componentes ya existían en el Paleolítico medio, alrededor de 120  ka  antes del presente en Europa central”. (Véase en sciencedirect.com)

También hay otra referencia a la utilización en Rumanía: “El estudio representa el primer descubrimiento de betún en herramientas líticas del Paleolítico Superior y Medio en Europa”. (Nota: El Paleolítico medio se remontan hasta hace unos 300 milenios, y el Paleolítico superior hasta 30 o 40 milenios, finalizando sobre el milenio doceavo).

En La Vanguardia, David Ruiz Marull publicó un artículo en 2019 sobre el nivel de inteligencia de los neandertales que incluye varias referencias sobre el uso que ya ellos hicieron de la brea artificial obtenida por decocción de cortezas de arboles: En Campitelo (Italia), alquitrán (o brea) de abedul de hace 200 milenios. En Königsaue  (Alemania), también alquitrán (o brea) de abedul de hace 50 milenios. Referido a los Homos Sapiens (que llegaron a Europa más tarde que los Neandertales), indica que ya hace 100 milenios producían adhesivos.

Referido a los Homos Sapiens, un estudio publicado en la revista science.org sobre la cultura musteriense (paleolítico medio, entre 300.000 y 40.000 años) informa  que “…los primeros humanos produjeron deliberadamente algunos de sus adhesivos por destilación, a partir de coníferas (Podocarpus) en África y corteza de abedul en Europa”.

 

Creo que es suficiente como muestra de que desde hace ya muchos milenios la humanidad conocía la brea, incluyendo a los Neardentales. Así, pues, ninguna contradicción con la idea de que ocho o nueve milenios Noé la conociese y utilizase. (Nota: Aun suponiendo que Noé utilizó asfalto natural, también hay evidencias de que sí era conocido y utilizado hace 70 milenios en Umm el Tlel (Siria): “Un nuevo descubrimiento en el mismo yacimiento de Umm el Tlel, retrasa el uso del betún hasta la edad de 70.000 años”. Muy probablemente este betún provenía de un cercano afloramiento natural).

 

Sobre las evidencias prehistóricas acerca de la brea: muchos pegamentos, pocos impermeabilizantes

Cierto que en los casos vistos la brea se utilizaba como adhesivo, y no como impermeabilizante.  Esto pudiera plantear la duda de si realmente se conocía la utilidad de la brea como impermeabilizante en aquellas remotas épocas.

Pero hay razones que explican por qué es mucho más probable que lleguen restos de brea usada como adhesivo que no como impermeabilizante. Tres son los factores que influyen en esta probabilidad: La naturaleza y la cantidad de objetos en los que se aplicaba la brea, así como la antigüedad de ellos.

 

Sobre la naturaleza del soporte donde se aplicaba la brea

Los restos de brea prehistóricos que se encuentran no van aislados, puesto que los usos que se daba a la brea era justamente para aplicarla a otros objetos, pegándola como aglutinante o como impermeabilizante, pero siempre asociada a algún objeto. Por otra parte, difícilmente serían identificados como restos de brea los trozos no adheridos a algún utensilio.

Si los objetos con brea aguantan bien el paso del tiempo, es muy probable que perduren hasta nuestros días. Este es el caso de las puntas de flechas o lanzas que se enmangaban en estacas de madera. Con el tiempo la madera de las estacas se descompone bastante rápido, pero el silex o la obsidiana aguanta cientos de milenios. Y la brea adherida a las puntas de flecha de esos materiales permanece con ellas.

En cambio, la brea usada como impermeabilizante, y más concretamente en embarcaciones, iba pegada a la madera con la que se construían las barcas. Pero la madera aguanta relativamente pocos tiempo en comparación con la piedra, por lo que es difícil que trozos de brea adherida a la madera lleguen hasta nuestros días.

 

Sobre la antigüedad de impermeabilizantes de brea en soportes no orgánicos

También se usaba antiguamente la brea como impermeabilizante en objetos qué sí aguantaban largos periodos de tiempo. En la antigua Mesopotamia usaban asfalto como argamasa en sus construcciones y sellante en los bajos de los edificios para protegerles de la humedad. También se usaba, como en Egipto, para impermeabilizar canales y cisternas. Al igual que las puntas de flechas o lanzas, los objetos cerámicos aguantan bastante bien el paso del tiempo. Pero cuando los hombres empezaron a utilizar la brea para impermeabilizar canales, cisternas y bajos de edificaciones lo hicieron en infraestructuras urbanas bastante desarrolladas, las cuales no llegaron hasta después del quinto milenio antes de cristo. Por esta razón ninguna evidencia arqueológica de la brea como impermeabilizante nos sirve para comprobar si nuestra hipótesis de que Noé impermeabilizó el arca sobre el octavo o noveno milenio antes de Cristo.

 

Sobre la cantidad de objetos factibles de llegar hasta hoy día

Por último, aun suponiendo que los objetos de madera durasen tanto como los de piedra o cerámica, no hay que olvidar que comparativamente puntas de flechas o lanzas las usarían muchísimo en la prehistoria, mientras que barcos de madera serían muchos menos. Por tanto, muchísimo más probable encontrar hoy día trozos de brea adheridos a puntas de flechas que no a trozos de madera de alguna embarcación prehistórica.

 

Deduciendo el uso de impermeabilizante de brea en la prehistoria

Así, pues: Muy fácil que un trozo de brea adherido a la punta de una flecha prehistórica llegue hasta un arqueólogo moderno. Pero mucho más difícil que llegue un trozo de brea utilizado para sellar los ensambles de madera de embarcaciones prehistóricas. Posiblemente jamás se encuentre un trozo de brea adherido a madera de fechas similares a lo encontrado con puntas de flechas. ¿Implica esto que nunca podremos saber si en la antigüedad, más allá del quinto milenio antes de Cristo, se usó brea o asfalto para impermeabilizar embarcaciones?

Lo cierto es que nunca podremos descartar ese tipo de uso, aunque no encontremos evidencias del mismo: si la evidencia nos permite confirmar, la ausencia de evidencia no nos autoriza a descartar.

En cambio, la razón sí nos permite deducir que, si en la prehistoria ya conocían la brea, ésta sería utilizada como solución para algún otro problema que la brea pudiese resolver. Y es que el ser humano siempre busca soluciones cuando tiene problemas.

Uno de los primeros problemas con los que tuvo que lidiar el hombre fue la caza. Para ello precisaba armas, y a poder ser, que le permitiese abatir las presas con el menor riesgo posible. Esto lo lograba con flechas y lanzas, pero la simple punta afilada de un palo no ofrecía ni durabilidad ni suficiente dureza. El remedio estaba en acoplar puntas duras de sílex u obsidiana. Supongo que empezaron acoplando las puntas de piedra con lianas o cuerdas, pero esto quedaba muy frágil. De ahí la solución de unir la piedra a la madera con brea o alquitrán usados como adhesivo.

La necesidad de usar brea como impermeabilizante probablemente no llegó hasta más tarde, cuando se atrevieron a construir embarcaciones grandes con ensamblados de madera que precisaban impermeabilización. Ante esa necesidad, estoy convencido que no tardaron en imaginar que la brea, que bien conocían, les podría servir perfectamente para cubrir esa necesidad.

 

Resumiendo

En lo tocante a la utilización de la brea como impermeabilizante de embarcaciones, tampoco hay incoherencia entre lo descubierto por la arqueología y nuestro supuesto de que Noé vivió y construyó el arca tras la finalización de la última glaciación.

 

(El 26/04/2025 todos los enlaces incluidos en este post estaban activos.)

 

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