Ya hace meses que leí noticias de Harold Camping. Ni se me ocurrió hacer mención de ellas. Pero cada vez tiene más repercusión mediática: La vallas con sus anuncios del fin delmundo ya han llegado hasta España.
Este buen hombre (porque le supongo buena intención), en base a datos extraídos de la Biblia, anuncia el próximo 21/05/2011 como la fecha de transición entre la "Gran Tribulación" y el "Día del Señor". Según él, ese sábado se producirá el "Arrebatamiento" de los elegidos que aún estén vivos y la resurrección con "cuerpos espirituales" de los elegidos ya fallecidos. Y para el 21/10/2011 proclama la destrucción de este mundo.
¿Qué decir de este hombre y sus cálculo?
Al margen de que sus cálculos son muy muy muy dicutibles, la misma Biblia profetiza que antes del regreso de Jesús habrá muchos falsos profetas (Mateo 24:3 y siguientes; leer al final). Así, pues, al menos estadísticamente, lo más probable es que también sea una falsedad lo de este buen señor (él mismo reconoce haberse equivocado anteriormente).
Por otra parte, en ninguna ocasión dijo Jesús que alguno de los que profetizasen su regreso acertaría. Afirmó la falsedad o el error de muchos, pero se cuidó muy bien de no vaticinar el acierto de ninguno. Incluso dijo que ni él mismo sabía el día ni la hora: "Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre" (Marcos 13:32).
Pero una cosa que sí señaló enfáticamente es que siempre hemos de estar preparados, en vela, porque volverá cuando menos lo pensemos: "Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor... Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis."(Mateo 24:42,44).
Así, pues, probablemente, estamos ante otro más que acabará reconociendo un nuevo error.
Pero al menos algo positivo tiene su enorme campaña mediática. Y es que viene muy bien para recordar algo a todos los bibliáfilos que creemos en la vuelta de Jesús: que mañana mismo puede ser el Gran Día, y que, por tanto, hoy también debemos velar.
(3) Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?
(4) Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe.
(5) Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán.
(6) Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin.
(7) Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares.
(8) Y todo esto será principio de dolores.
(9) Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre.
(10) Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán.
(11) Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos;
(12) y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.
(13) Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
(14) Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
(15) Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel(C) (el que lee, entienda),
(16) entonces los que estén en Judea, huyan a los montes.
(17) El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa;
(18) y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa.
(19) Mas !!ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días!
(20) Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo;
(21) porque habrá entonces gran tribulación,(E) cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.
(22) Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.
(23) Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis.
(24) Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.
(25) Ya os lo he dicho antes.
(26) Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis.
(27) Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre.
(28) Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas.
(29) E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo,(H) y las potencias de los cielos serán conmovidas.
(30) Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo,(I) con poder y gran gloria.
(31) Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.
(32) De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.
(33) Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas.
(34) De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.
(35) El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
(36) Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.
(37) Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.
(38) Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca,
(39) y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.
(40) Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado.
(41) Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada.
(42) Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.
(43) Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa.
(44) Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.
(45) ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo?
(46) Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así.
(47) De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá.
(48) Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir;
(49) y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos,
(50) vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe,
(51) y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes.
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