La Biblia desde el siglo XXI

¿Es factible demostrar la falsedad del Éxodo? [1]

23.12.2010 00:00

Sobre la provisionalidad de cualquier demostración en base a datos empíricos

A raíz de los comentarios al documental “El Éxodo descifrado” ya expuse porqué la afirmación del profesor Phillip Davies ("Con respecto al Éxodo, ... tenemos ... bastantes pruebas de que no sucedió...") no se puede mantener en rigor.

Y respecto a su otra afirmación ("Con respecto al Éxodo,... tenemos ... bastantes pruebas ... de que se lo inventaron" ), aun aceptando la posibilidad desde un punto de vista lógico, en la práctica las pruebas que avalen su afirmación tendrían que reunir características tales que hasta el presente no han sido descubiertas (al menos que yo sepa).

Y aunque las declaraciones del profesor Phillip Davies no trataban sobre demostraciones, sí acepté la posibilidad de que la falsedad del Éxodo se pudiese argumentar; aunque con los matices de provisionalidad que veremos a continuación.

Así, pues, ahora toca analizar la verosimilitud y vigencia de cualquier demostración acerca de la falsedad del Éxodo.

Pero cuando tenía casi terminado el texto del artículo pensé que probablemente se podría seguir mejor el tema si lo presentaba en forma de diálogo. Así que dediqué un tiempo, y esto de abajo es el resultado:

 

(Ir al artículo anterior sobre esta temática)

 

EL DIÁLOGO 

Encontramos a Pablo escribiendo con su portátil en un parque cercano a su casa, cuando se le acerca Tomás.

Tomás.- Hola, Pablo. A rastras con el portátil, ¿he?

Pablo.- Si. Tengo pendiente un artículo al que ya me he comprometido en otro anterior...

Tomás.- ¿La continuación que prometiste en el artículo sobre la imposibilidad de probar la falsedad del Éxodo?

Pablo.- Sí. Veo que de vez en cuando le echas un vistazo a BíblicaMente.

¿De qué estamos tratando?

Tomás.- ¿Y porqué esa obsesión con el Éxodo?

Pablo.- ¡Hombre!, no solo es con el libro del Éxodo. Lo de aquél artículo se puede aplicar a cualquier relato de la Biblia, y también lo que intento explicar es este otro artículo. Si me centro en el libro del Éxodo es porque todo arrancó a raíz del documental “El Éxodo descifrado”.

¿Porqué lo estamos tratando?

Tomás.- Vale, pero ya rebatiste la afirmación de ese profesor que decía tener pruebas de que todo es un cuento de hadas. Si tan pillado andas, ¿a qué complicarte más?

Pablo.- Bueno, sí. Pero creo que el asunto queda cojo si no se trata esa otra posibilidad, la de encontrar presuntos escritos que se centren en demostrar la falsedad del Éxodo o cualquier otro relato bíblico. Y la verdad, sinceramente creo que con la aureola "infalibilidad" que tienen los artículos arropados con las galas del cientifismo podría despistar a más de uno. 

Tomás.- ¿Presuntos? ¿Tan seguro estás de todos son erróneos?

Pablo.- ¡No, no eso! Aunque desde que comencé con BíblicaMente ya he recopilado muchos artículos y noticias que muestran la historicidad de la Biblia, no me refiero a que sean erróneos. Si si antes dije presuntos es porque supongo que ciertamente los hay, aunque hasta ahora no me he topado con ninguno. ¡Por cierto! ¿Conoces alguno?

Tomás.- No. Ya sabes que hasta ahora estos temas no me apasionaban mucho.

Pablo.- Bueno, si alguna vez encuentras algo, avísame, por favor.

Tomás.- Pero entonces, ¿como estás tratando el tema, si no tienes delante ningún artículo a rebatir?

Pablo.- En el fondo no es que rebata a ningún escrito particular. Lo que pretendo es analizar las vías argumentales y mostrar que los posibles razonamientos sobre la falsedad de los relatos bíblicos -y de otros temas similares- tienen un “talón de Aquiles” que les confiere “perenne provisionalidad”.

Tomás.- Un poco atrevido, ¿no?

Pablo.- Nada de eso. De hecho, hoy día hasta los mismos científicos parte de esa premisa. Ya se ha acumulado suficiente experiencia como para que tomen consciencia de la provisionalidad de cualquier teoría. La dogmática positivista del siglo XIX cada vez es más escasa entre los científicos de rigor.

Tomás.- Pero entonces sobra cualquier refutación.

Pablo.- Para los científicos, claro que está de más. Pero como dije antes, a pié de calle aún se sublima todo lo que se arrope con la aureola del cientificismo. En el fondo es un autoengaño, porque opino que en realidad esa no es la intención de los científicos.

Tomás.- Hombre, yo he visto documentales y leído algún que otro artículo que realmente impresionan.

Pablo.- Sí, quizás sea por la prensa divulgativa. O porque los cambios culturales pueden tardar hasta cuatro generaciones en cuajar socialmente (Éxodo 20:5; Deut 5:9). Pero lo cierto es que yo sigo captando esa “idea romántica” de que todo lo que huele a científico es verdad "ex cátedra" y “per saecula saeculorum”.
     ¿Leíste el artículo sobre los prejuicios?

Tomás.- Sí ya leí los cinco sobre …..

Pablo.- Pues en línea con lo que allí digo, creo que bastantes lectores de artículos de divulgación sólo captan aquello de lo que previamente ya están convencidos. En cambio, lo que les pudiera sugerir provisionalidad o incertidumbre les pasa inadvertido.

Tomás.-.¡Jó, Pablo!, he de reconocer que consigues intrigarme. ¡Anda, desembucha! ¿Cómo tienes planteado el artículo?

La materia prima y el proceso, en la fábricación de demostraciones

Pablo.- En primer lugar, recordar lo que ya apunté en el artículo sobre la imposibilidad de probar la falsedad del Éxodo. Allí dije que cuando no se pueden probar directamente las cosas, se recurre a la demostración “engarzando según las reglas de la lógica otras afirmaciones ya consideradas verdaderas hasta concluir en la afirmación que se pretenden demostrar”.

Tomás.- Así, pues, si bien entiendo, en una demostración hay como dos partes, o dos aspectos.

Pablo.- Si, si. Hay dos cabos de los que pende la certeza de las conclusiones a las que se llegue, que son: 1) La veracidad de las afirmaciones de partida y 2) La coherencia lógica del razonamiento empleado.

Tomás.- OK. Algo así como la materia prima y el proceso de transformación típico del mundo industrial.  Me parece razonable. Pero entonces, si una demostración está bien "fabricada", no veo porqué ponerla en duda.

Pablo.- Cierto. No hay porqué poner en duda la estructura argumental de la demostración. Pero hay otro aspecto más amplio que quizás sí debe ser revisado, o al menos, tenido en cuenta.

"Historia"  de demostraciones "muertas"

Tomás.- Pero bueno, o se da por válida o por errónea la demostración. No me seas anguila, Pablo.

Pablo.- Que no, hombre, que no. Que no pretendo escabullirme. No es o blanco o negro. A lo largo de la historia de las ciencias cantidad de verdades y demostraciones bien sentadas han pasado a “mejor vida”.

Tomás.- ¿Qué pasa, que no solo hay blanco y negro? ¿Pretendes decir que hay matices de grises entre la verdad y la mentira?

Pablo.- No. Pero ten en cuenta que no estamos hablando de cuestiones éticas. En el ámbito científico, en la búsqueda de la “verdad” en la naturaleza o en la historia las cosas no son tan simples. Sino, ¿cómo explicar el abandono reiterado de teorías demostradas y sentadas como verdades durante años por las comunidades científicas en sus respectivas épocas?

Tomás.- ¿A qué te refieres?

Pablo.- Por ejemplo, a las teorías acerca de la estructura del universo, o las que intentan explicar su origen [*]. O a las teorías sobre la composición de la realidad material; los continuas deslizamientos desde las teorías del átomo como bloque básico e indivisible de la materia hasta las últimas teorías que dejan esta función de constituyentes fundamentales a los Quark y Leptones; sin olvidar que ya hay nuevos candidatos para explicar esa “realidad” “ultramicroscópica”: las Cuerdas.

Tomás.-¿No estarás confundiendo el progreso lógico del conocimiento, que cada vez se perfila y completa más, con eso de que a lo largo de la historia demostraciones bien sentadas han pasado a mejor vida?

Pablo.-No. Ya se que lógicamente la ciencia y el conocimiento avanzan de forma acumulativa. Pero es que también se da lo que Thomas Kuhn llama "Cambio de paradigma". Es decir, que teorías bien sentadas hasta cierta época son abandonadas y sustituidas porque llega un momento en que dejan de ser útiles para dar coherencia al conjunto de experiencias acumuladas hasta esa fase histórica en la que se produce el "Cambio de paradigma".

Tomás.- Bueno, entonces aclárate. ¿Es o no cierto que la certeza de las conclusiones en una demostración sólo depende de... 1 ) la veracidad de las afirmaciones de partida y 2) la coherencia lógica del razonamiento empleado.

Los 2 tipos de materias primas para procesar demostraciones

Pablo.- Pues sí es cierto, en unos casos, y también es cierto en otros casos, pero con matices. Eso de las demostraciones que parece tan simple sólo es garantía de certeza absoluta cuando argumentamos partiendo de afirmaciones de la razón; y no lo es de forma absoluta cuando se parte de afirmaciones de la experiencia.

Tomás.- Vaya hombre. Me temo que tendrás que aclarar un poco esos términos.

Pablo.- Las primeras son verdad “porque sí”. Son las que conocemos como axiomas básicos del conocimiento, o “edificios” lógicos construidos a partir de ellos. Las matemáticas se fundamentan en este tipo de afirmaciones.
     En cambios, a las segundas las “consideramos verdaderas” porque las repetidas experiencias con la realidad nos lleva a la conclusión de que “deben ser verdad porque la experiencia “nunca” nos ha inducido a pensar lo contrario”. Y este tipo de afirmaciones son las que fundamentan disciplinas científicas como la física o la química. Y claro, también las disciplinas sociales como la sociología o la historia, aunque a más de uno le "chirrie" clasificar la historia como ciencia. 

Tomás.- Creo que te entiendo. Si, si;  me estás haciendo ver que todo lo relacionado con arqueología e investigación histórica pertenece a este segundo tipo de afirmaciones, las de la experiencia.

Pablo.- Eso es. Y hay que tener presente que en la media que avanza la ciencia, gracias a su capacidad de análisis cada vez más fina, se amplía y precisa el conocimiento. Y en esta dinámica no solo se matizan áreas de conocimientos, sino que en cantidad de casos incluso se abandonan teorías.

Tomás.- Dirás más bien que se sustituyen, ¿no?

Pablo.- Sí, claro. Teorías consideradas verdaderas durante años, que son sustituidas por otras que muestras más coherencia con la “realidad” según permiten observar las últimas innovaciones tecnológicas o metodológicas.

Tomás.- ¡Oye! ¿Pero qué realidad vas a observar? No veo como se puede observar la "realidad" cuando estás tratando de cuestiones de cosas pasada; pues lo del Éxodo, si fue verdad, no lo podemos observar desde el siglo XXI.

Pablo.- ¡Hombre claro! En las cuestiones históricas, a lo que me refiero que se puede observar son los rastros arqueológicos o documentales, no los mismos hechos pasados.Estos son los objetos de observación de los arqueólogos o historiógrafos.

Tomás.- ¡Vaya, vaya! Así que cuando hablamos de ciencias empíricas las conclusiones siempre estarán sometidas a la espada de Damocles de la provisionalidad.

Pablo.- Eso es. En el cabo de las afirmaciones de partida, en cualquier momento se nos puede romper algún eslabón que considerábamos sólido. Siempre que hablemos de física, química, o más bien las relacionadas con las cuestiones bíblicas, la arqueología y las ciencias históricas, nunca se despejará la incertidumbre de lo que puedan deparar los futuros descubrimientos.  Así, pues, aunque la estructura argumental del razonamiento sea perfecta, la certeza de las conclusiones siempre estará supeditada a los avances de las investigaciones futuras.

Tomás.- Bueno, bueno, bueno. Ahora entiendo el sentido del “fuerte matiz de provisionalidad" que decías al inicio del artículo sobre la factibilidad de probar la falsedad del Éxodo.

Pablo.- Si, si, pero es que eso no es todo.

Tomás.- ¡Ándale! ¿Pero aún hay más? ¡Sigue, sigue!

Pablo.- Ya me gustaría seguir ahora. Pero María me encargó algunas cosas del súper, y tengo que comprarlas antes de la comida. Si te parece, seguimos otro día.

Tomás.-. ¿Como no? ¿Me dejas con la curiosidad? Dame un toque cuando vuelvas al parque.

 

Pincha aquí para seguir con la continuación del diálogo.

 

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